
TAL DÍA COMO HOY, HACE SIETE AÑOS
En mi molino. Cerrando una de las etapas mas bonitas de mi vida.
Mi primer curso virtual.
Mientras convocaba a las deidades sobre el altar de musgo y piedra y pedía, con toda mi fe, protección, suerte y fuerza para mis aprendizas pensé, con enorme tranquilidad, que ese altar ya nunca estaría desierto y que el eco de los conjuros, tantas veces repetidos, seguiría sonando en el corazón del bosque, Ahora, estaba segura de que otros soñadores volverían a ese viejo molino para pronunciarlos.
Y así ha sido.
Así es.
Que las diosas y los genios de las cuatro Atalayas sigan acompañando a mis aprendizas y a todos los que han asumido la tarea de defender el legado de nuestra raza y la responsabilidad de que nuestra cultura no se extinga.