En mi tierra, tenemos la creencia de que los lugares donde el agua dulce se remansa, como en algunas partes de los ríos, en pequeñas lagunas o en las fuentes, existen unas deidades menores, que cuidan de las criatura acuáticas que los habitan.
Estas deidades son las Ondinas, entidades muy parecidas a las sirenas, pero de aguas dulces y tranquilas..
Los que dicen haberlas visto, aseguran que su de piel es luminosa, que tiene largos cabellos del color de la hierba de las orillas y que la única diferencia con un ser humano esta en sus manos y en su pies. Sus dedos están unidos por una membrana finísima como una redecillas que les permite nadar muy rápido.
Y cuentan, tambien, que las Ondinas se asoman, únicamente, cuando la Luna Llena ilumina la superficie del agua. En ningún otro momento, Y casi siempre en noches frías y despejadas. Son alegres y les encanta, como a casi todas las deidades menores, convivir con los mortales y si consigues que reparen en ti, te cuidaran como cuidan a los pequeños seres que viven en su entorno.
Como deidades del agua, las Ondinas gobiernan el mundo de los sentimientos y si quieres pedir su ayuda y comunicarte con ellas es muy sencillo.
Busca algún lugar que reúna las condiciones que te hemos contado. Una noche clara de Luna llena acércate a ese lugar con una botellita de cristal y recoge agua de la orilla.
Pídele a las ondinas que la bendigan para que se convierta en un filtro de amor.
Quedarte unos minutos con la botella pegada a tu pecho a la altura de tu corazón y si tienes algo que pedirles hazlo. Diles lo que necesitas.
Luego vuelve a casa y usa esa agua después de la ducha o unida al agua de tu baño.
Los resultados son espectaculares. Afianza las relaciones. Atrae el amor, Y en muchas ocasiones propicia las reconciliaciones.
Seguro que tienes algún lugar donde conectar con las Ondinas muy cerca de tu casa…