El trigo en muchas culturas es el símbolo de la abundancia.

Y en la nuestra, la diosa de la abundancia es nuestra Navia, que procura, si tienes fe en ella que nunca te falte lo necesario para salir adelante.

Se dice que a Navia le gusta, como espacio de la casa, las cocinas. Tal vez porque ella es la encargada de llenar las despensas y de cuidar de que no nos falte lo necesario para salir adelante.

Una receta muy antigua es quemar granos de trigo un jueves de luna llena, como ofrenda a la diosa y conseguir así que atienda a las necesidades que tiene esa casa, o esa familia. Puedes rociar las semillas con un poco de alcohol, para que prendan bien. Si tienes alguna de las esencias de Navia, por supuesto esa es la que debes usar. (El próximo jueves tendremos una espléndida luna llena para hacer esta pequeña ofrenda)

Un ramito hecho con espigas de trigo y colgado en un rincón de la cocina es algo que nunca faltaba en la cocina de mi abuela.

Pero a mí la receta que más me gusta es el de poner un puñado de granos de trigo en un platillo de barro o de cerámica, a los que has de unir una turquesa y tres monedas de curso legal. La turquesa es una de las piedras favoritas de Navia y ese pequeño recipiente de cerámica se convierte así en un homenaje permanente a mi diosa de la prosperidad y la suerte. Yo lo que tengo siempre en uno de los estantes de mi cocina

El trigo se cambia una vez al año, sin fecha fija. Las monedas y la piedra sirven de un año para otro.

Es una receta muy práctica porque la preparas y luego te olvidas durante un año. Bueno a mí me gusta de vez en cuando tocar el trigo, moverlo…mientras mentalmente agradezco a mi diosa Navia lo mucho que me ayuda cada día.

(La ilustración es de un excelente pintor del realismo clásico americano: David Gray. Reconozco que no es mi estilo, pero me pareció que esa imagen correspondía muy bien a lo que quería contar)