Si tienes curiosidad por el mundo celta, mi mundo, seguro que conoces este símbolo, uno de los símbolos más importante de la Vieja Religión.
Sobre su origen y su significado existen muchas versiones, pero desde niña oí hablar de ella como el anagrama que mejor representa la parte espiritual de nuestras tradiciones y lo que aprendí es lo que quiero transmitirte hoy.
Las cuatro aspas representan en la magia celta, los cuatro puntos cardinales, las cuatro atalayas y a los señores que residen en ellos.
El centro de la figura es la encrucijada, el lugar donde los caminos se dividen y la libertad para elegir.
Se dice que quien la tenga en su poder dispondrá de todo lo necesario para actuar sin las limitaciones que impone la falta de recursos, ya sean físicos, morales, o económicos.
El círculo que la rodea es la corona que los enlaza y los convoca.
Cuida el descanso de nuestros muertos.
Es la protección en nuestros hogares y en nuestros lugares de trabajo y bajo su amparo crecen nuestros hijos.
Como todos los símbolos celtas sufrieron la cristianización y la humillación de verse utilizada como símbolo político en algunas ocasiones.
Pero sobrevivió y salió ilesa de todas las manipulaciones.
Si esta cultura celta es la tuya y sientes como tuyos los principios de la magia celta, este es el símbolo que debe presidir tu hogar como representación de respeto y amor hacia ella.
Yo la llevo conmigo siempre.
Una pequeña cruz Celta de plata, en mi bolso, con mis objetos personales, me hace sentir segura y a salvo.